QUINQUI

¿QUÉ ES Y DE DÓNDE VIENE la moda "Quinqui"?

Es muy difícil explicar de dónde proviene este “estilo”, o “moda” quinqui (o también conocida popularmente como kinky o kinki) que inspirada en generaciones antiguas de la sociedad española ha vuelto y está siendo tendencia tanto en la música como en el cine como en la moda. Este estilo se remonta a la década de los 80 y 90 en España cuando estaba el auge de la movida madrileña la ruta del bacalao y artistas como los chichos, el fary o los chunguitos eran los artistas de moda. La rumba carcelera era la música que sonaba en las calles y la electrónica en las discotecas.

Al igual que los norteamericanos con su rap gangster, España tenía su sello identidad con el movimiento quinqui, en el que tenían su propia jerga, sus propios códigos y sus propios icónos. Lo que scarface era para los americanos para nosotros era el Torete y el Vaquilla.

Años después artistas como Jarfaiter o el Coleta incluso C.Tangana han vuelto a poner este estilo sobre la mesa de la escena española cogiendo influencias tanto para su músicas como para sus videoclips e imitando esta moda quinqui incluso a la hora de vestir.

 

La palbra kinki la cual deriva de “quinqui” en sus inicios ha tenido diversos significados y sentidos. Realmente su origen proviene de un abreviación de quicalleros (lo que hoy en día conocemos como quinquilleros) las cuales también conocidos como mercheros eran un grupo étnico que vivían una vida nómada, es decir trasladándose de un lugar a otro con el fin de ir sobreviviendo. Se dedicaban a la quincalla (cosas de metal barato) de ahí su nombre, lo que hoy en día conocemos coloquialmente como chatarra.

Este grupo aunque no comparte origen étnico con la comunidad gitana tienen costumbres y comportamientos parecidos.

¿QUÉ ES un quinqui?

Pero el término quinqui volvió a coger importancia y trascendencia en la década de los 80 y 90, de esa España caótica y renacida después del franquismo. Para llamar así a los jóvenes que se inspiraban en figuras que se hacían famosas en sus barrios y que más tarde llegaron incluso al cine. El Jero, el Pirri o el Vaquilla como ya dijimos son un claro ejemplo de estas figuras que se romantizaron como bandoleros y antisistema. Siguiendo este modelo de rebelde que se dedicaba a la delincuencia, que estaba todo el día perdido en las calles y que recurría a drogas y narcóticos para evadir su realidad se les empezó a denominar como quinquis, lo cual influiría hasta hoy en nuestra cultura moderna.

Hoy en día la palabra kinky se asocia con la gente de barrio que se busca la vida en los trapicheos, la supervivencia callejera y la pequeña delincuencia. La música y liricas que representan hablan de estas mismas vivencias del barrio y de la calle.

La moda kinki originalmente no se caracteriza por nada en especial, iba muy en sintonía con la moda joven de aquella época pero con aires más gamberros. Tatuajes talegueros, vaqueros ajustados, chaquetas de cuero o vaqueras al igual eran símbolos de como vestían aquellos jóvenes de aquella época. Debemos recordar que la mayoría eran de barrios humildes y de extrarradio por lo que no se caracterizaban por usar prendas caras ni extravagantes.

A día de hoy esta cultura a conseguido calar perfectamente en las nuevas tendencias urbanas de la mano de artistas como los que mostraremos a continuación los cuales son un ejemplo perfecto de la fusión de este nuevo mundo con el antiguo.

El cantante coleta es un ejemplo perfecto de lo que sería un kinki de la época a día de hoy, camisetas ochenteras, pantalones ajustados y cadenas junto con una melena rebelde y desaliñada hace de el Coleta la mejor representación de este viejo grupo.

Otros como el rapero y artista Urbano C.Tangana han conseguido coger esta esencia y adaptarla al movimiento actual. En la parte más visual, inspirado en la estética de la época compone videoclips muy en la línea de esa época y de ese estilo quinqui como es el caso de  sus clips «demasiadas mujeres» o «bien duro». Además su vestimenta va también muy en la línea de como se veían los quinquis de la época, con gafas de sol, camisa abierta y chupa de cuero, pero de manera mucho más ostentosa adaptándolo un poco a la cultura de la exhibición, el alarde y el pavoneo que nos trajeron el rap americano y el reguetón latino. En la parte musical también con sonidos y sampleos de aquellas bandas sonoras que pegaron tanto y tan fuerte esos años con canciones míticas como «son ilusiones» de los chichos.